No hay nada mas difícil que
esperar algo que sabes que nunca va a llegar. Imaginas cada momento, millones
de situaciones que sabes que jamás se cumplirán, que se quedaran ahí enredados
en tus sueños y en tu alma, pero que de ahí no pasaran. La realidad es mucho más
cruel, indecisa, inesperada. Cuando sabes que por mucho que te lo merezcas
aquello que tanto sueñas nunca se hará realidad. No comparto eso frase que
afirma que lo imposible solo tarda un poco mas, lo imposible nunca ocurre, lo
probable si. Aun mucho mas duro es darte cuanta que estas soñando con un
imposible, cuando eso ocurre sencillamente hay que mirar para otro lado, aunque
duela, aunque parezca imposible. Pero la vida es así, llena de cosas injustas,
de situaciones impensables y repleta de momentos únicos que te llenan el corazón,
por lo menos nos queda eso: los buenos recuerdos.
Un nuevo horizonte, nuevos
sueños, nuevas metas. Hay que ir a por ello, el dolor pasa, la tristeza también
y los cambios aunque duros, son necesarios para el ser humano. La vida es un
contante cambio, cambiamos nosotros y las personas que están a nuestro alrededor,
escoges de ellos lo que más te gusta y aprendes a vivir de otra manera.
Pido todos los días un cambio, un
cambio que me lleve a crecer y a sentime mejor persona, un cambio que me ayude
a olvidar tantas cosas, cambios que me hagan sentirme mejor, que me ayuden a aoportar la ausencia, pero parece que no
llegan. Será porque no es mi momento, el destino se empeña en que de momento
todo siga igual en mi vida. Eso me aburre, me desconcierta y sobre todo me
preocupa.
Dicen que el tiempo es sabio y
que todo lo cura. Ahora solo me cura la soledad…
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